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La excavación de orificios en el suelo es una parte fundamental de la construcción, así como de la instalación y mantenimiento de servicios públicos subterráneos. Cada vez que se rompe la tierra, existe el riesgo de dañar los cables y tuberías enterrados.

Uno de los mayores desafíos en el sector del agua en la actualidad son las fugas, debido a los costos involucrados y al daño al medio ambiente. Hay presiones continuas de tiempo y costos sobre las compañías de agua para reducir la pérdida de agua.

Los topógrafos profesionales a menudo trabajan en las ubicaciones más diversas y de difícil acceso para crear mapas y establecer límites para la propiedad, las ubicaciones, la construcción o la ubicación en la superficie de las características del subsuelo.

Los técnicos que ubican cables cuando operan en entornos de alta tensión y sus alrededores se enfrentan a enormes desafíos. La infraestructura como las subestaciones y los cables de alto voltaje pueden crear grandes cantidades de interferencia.

Los oleoductos enterrados son la columna vertebral de las redes de transporte y distribución de productos energéticos como el petróleo crudo y el gas natural.

El aumento de las tasas de urbanización y el aumento de los requisitos de conectividad de telecomunicaciones en todo el mundo significan que habrá cada vez más cables y conductos en el suelo y, por lo tanto, excavaciones más frecuentes.

Tanto por razones sanitarias como económicas, el acceso a agua potable e infraestructura de saneamiento es esencial para la creciente población de nuestro planeta.

Los equipos de inspección y ubicación de tuberías de vanguardia ayudan a los municipios, a las empresas de servicios públicos y a sus equipos de ingeniería y contratistas a evaluar periódicamente el estado de los sistemas de tuberías de alcantarillado.